Esta empresa joven y dinámica buscaba despachos con encanto y con posibilidad de ser ampliados en el futuro. Encontraron la antigua escuela de Shortlanesend, un pueblo cercano a Truro, capital de Cornualles. La escuela es una antigua escuela victoriana, que contaba con una gran sala principal diáfana y una clase a cada lado de este espacio. Al adquirir el edificio, nos encontramos con su encanto principal que lo hacía un edificio único: sus ventanas neogóticas, ya que el resto del edificio se encontraba en muy mal estado.
ZEST vio el gran potencial de la altura del espacio interior original, así que se diseñó una mezzanine a lo largo de todo el muro de la parte trasera para conectar los espacios de aulas a ambos lados con la sala principal y con acceso mediante una nueva escalera. Así el frontal se dejó libre con doble altura y se incrementó la superfície útil en un 65%. Bajo la mezzanine se ubicaron despachos con capacidad para dos trabajadores cada uno y una área con cocina, ducha y baño. La mezzanine ofrece un espacio diáfano y flexible en la parte superior.
El diseño de la mezzanine fue pensado para su posible eliminación en el futuro, es de construcción ligera, para no perjudicar tampoco la integridad de la escuela catalogada como monumento. Se mejoró la entrada de luz mediante una serie de nuevas ventanas Velux en la cubierta y se colocó carpintería de madera dura FSC con acristalamiento en las ventanas neogóticas existentes. Se aisló térmicamente todo el edificio y se construyó un nuevo pavimento bien aislado que reemplazaba la estructura existente en muy mal estado. Los nuevos suelos son de parquet de roble y cuentan con calefacción por suelo radiante que se alimenta de una caldera de pellets ubicada en los antiguos baños exteriores de la escuela y que así debíamos conservar.
En 2014 hemos empezado con el diseño de una importante ampliación del edificio. El reto es conseguir la máxima superfície útil posible con un impacto visual mínimo y con un consumo energético cerca de cero.